domingo, 23 de enero de 2011

Como un Kiwi



Las cosas buenas siempre se acaban rápido. Como un kiwi. Todo en él es perfecto, su peculiar tacto al cogerlo, ese color verde que te atrae y la forma en la que parece que sus pepitas se colocan juguetonas al rededor de ese corazón blanco. Ese sabor, ácido y dulce a la vez, que se muy bien que es único y que por mucho que busque no encontraré otro igual, por eso hay que saber drisfrutarlo, saborearlo y aprovecharlo al máximo.

Lástima, no me acorde de que no duran mucho más de 3 bocados.
Nota: Comerme lentamente el próximo kiwi, tiene que dar tiempo a disfrutarlo más.

1 comentario:

  1. También te sigo, tocaya :) también me llaman Eme!
    Un gusto encontrarme con tu rincón

    un abrazo!

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