¿Cómo diablos se puede tener tanta suerte?

“¿Cómo diablos se puede tener tanta suerte?”. Es lo que me pregunto constantemente. La casualidad o llamémoslo “Destino” me llevó hasta tí. Me llevo hacia el sentirme especial, importante y ¿por qué no? Bella. Consigues hacerme sentir la mujer más hermosa y feliz del mundo con cada beso, cada abrazo y cada acaricia.

Adoro la sensación que me eriza la piel al sentir el cálido roce de tu cuerpo cuando despierto a tu lado, abrazados, como si fuéramos uno solo. Y brindo porque todos los días  de mi vida sean así. Porque no quiero a ningún otro, tan solo te quiero a ti, a tu sonrisa y a tus ojos color marrón pasión. 

“Cada persona es un mundo”. Cuánta razón tenía aquel que escribió esta frase. Vivimos en una  sociedad superficial, que solo se guía por las apariencias y, aunque algunos intentamos escapar,  seguimos estando sometidos a ella.

 Dejamos envenenar nuestros pensamientos sobre las personas. Nos atrevemos incluso a juzgar sin pararnos a conocer, a experimentar o aprender sobre los demás.

Sin embargo, si bien no logramos escapar, en ocasiones conseguimos abstraernos, y es entonces cuando nos dejamos sorprender, cuando nos encantamos por cada mundo que es persona o cada persona que es un mundo. Nos maravillamos y nos preguntamos ¿Cómo podemos ser tan estúpidos?

Cuantas oportunidades habremos dejado pasar, solo por cumplir con la sociedad...  

Ausencia. Necesidad.

Me falta el aire de no sentirte cerca, de saber que no te puedo acariciar ni besar o tan si quiera hablar. Necesito de ti, de tu cariño de tu amor para seguir adelante. Sí, eres mi droga y mi adicción y yo, que me creía tan diferente al resto, tengo que perder lo que tengo para valorarlo como cualquier ser humano. Solo espero que no sea demasiado tarde y podamos volver a agarrarnos de la mano.

La avaricia rompe el saco

Que egoístas podemos llegar a ser a veces. Tenemos lo que tanto ansiamos por mucho tiempo y no conformes con eso queremos más y más, hasta el punto de poder llegar a ser perjudicial para los demás. Lo peor es que ese los demás quiera de “tu querer más” y no te ponga freno. No nos damos cuenta de que la avaricia rompe el saco y puedemos perder  lo que ya conseguimos una vez.

Desconocidos

Pasan los días, las semanas, los meses e incluso los años y de repente te das cuenta de que aquellos por los que lo habrías dado todo, los ves como unos completos extraños. Miras sus fotos y no los reconoces, no ves a la persona que un día creíste conocer y es entonces cuando te preguntas que es lo que ha cambiado, que ha podido pasar para que todo el cariño, los momentos y los recuerdos se hayan ido borrando poco a poco. Personas que con las que antes hablabas las 24 h del día ahora no son para darte un “feliz de año” de cortesía.

1...2...3...DISPARA!!

Soy una joven decidida a cumplir todos esos sueños que me he propuesto. Me da igual que me digan que la mayoría, por no decir todos, se quedarán atrás porque yo estoy llena de ganas e ilusión y por lo tanto, de fuerzas para escalar hasta ellos. Los tengo en el punto de mira y, siempre he presumido de buena puntería.

Acelera

Rápido, vais demasiado rápido. Eso me dicen, pero me da igual. He pisado el acelerador a fondo y no pienso soltarlo. Me gusta la velocidad, y más si él está a mi lado. No tengo miedo a chocarme porque sé que no me dejara hacerlo, sé que me protegerá y evitará que me caiga y, aunque me pasase, me daría igual porque lo que siento no se puedo comparar con nada, ni si quiera con sus antónimos. Me ha hecho prisionera de sus besos, sus abrazos y sus te quiero y yo ya no quiero soltarme. No sé si es demasiado pronto para decir que sé que es ÉL pero... ¡Qué más da! ¿No dicen que vamos demasiado rápido?