“Cada persona es un mundo”.
Cuánta razón tenía aquel que escribió esta frase. Vivimos en una sociedad superficial, que solo se guía por las
apariencias y, aunque algunos intentamos escapar, seguimos estando sometidos a ella.
Dejamos envenenar nuestros pensamientos sobre
las personas. Nos atrevemos incluso a juzgar sin pararnos a conocer, a
experimentar o aprender sobre los demás.
Sin embargo, si bien no logramos
escapar, en ocasiones conseguimos abstraernos, y es entonces cuando nos dejamos
sorprender, cuando nos encantamos por cada mundo que es persona o cada persona
que es un mundo. Nos maravillamos y nos preguntamos ¿Cómo podemos ser tan
estúpidos?
Cuantas oportunidades habremos
dejado pasar, solo por cumplir con la sociedad...
Y cuantos mundos nos perdemos de conocer por el prejuicio.. Muy bellas palabras!
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