Que egoístas podemos llegar a ser a veces. Tenemos lo que
tanto ansiamos por mucho tiempo y no conformes con eso queremos más y más,
hasta el punto de poder llegar a ser perjudicial para los demás. Lo peor es que
ese los demás quiera de “tu querer
más” y no te ponga freno. No nos damos cuenta de que la avaricia rompe el saco
y puedemos perder lo que ya conseguimos
una vez.
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