domingo, 7 de marzo de 2010

Cinco segundos.




Decidió acompañarla a casa, estaba ya demasiado entrada la noche y le preocupaba que se marchase sola. Caminaron en silencio, sin saber que decir. Sus pensamientos se perdieron mientras observaban aquel cielo cubierto de estrellas dispuestas al azar. "Si escucho su voz, si estoy junto a él, si le miro a la cara… termino sin querer separarme de él".. De repente él notó como le tiraban de la chaqueta. Le había agarrado obligándole a pararse. Se quedó por unos instantes observando como su pelo negro-azabache se mecía con el viento alrededor de su cara. Entonces se le fue acercando poco a poco hacia …
-¡Me asustaste!- dijo al ella al abrir sus ojos y encontrar su cara a escasos centímetros de la suya, que se iba encendiendo a cada instante que pasaba.
-¡Espera! ¿Qué? ¿Qué fue eso?
-Quería agradecerte por todo lo que has hecho por mi, me dijeron que la mejor forma sería agarrarte y cerrar los ojos durante cinco segundos.
-No lo sé…-La miró frustrado, no podía creerse que realmente aquella chica fuese alguien tan inocente.- Verás, si haces eso de nuevo no respondo por lo que pueda pasar. ¡En serio, no respondo!
Continuaron su camino, ella le siguió muy de cerca, con el corazón demasiado acelerado como para que saliesen palabras por su boca y romper ese silencio.
-Hazme un favor - Ocultó sus ojos entre el flequillo, para así evitar que se diese cuenta del color rojo que habían adoptado sus mejillas- No me mires en un rato…

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